1. El formato «Somos X para Y»:
Seamos honestos: todo este formato de «Somos X (un producto muy conocido) para Y (una tarea diferente)» es simplemente absurdo. ¡TÚ NO eres X, y Y no hace lo que hace X! ¿A quién intentas engañar, al público de la presentación? ¿Un inversor que solo puede pensar en analogías demasiado simplificadas y, de lo contrario, no entendería lo que está haciendo? ¿O tal vez incluso tú mismo? Así que, si alguien te aconseja que presentes tu propuesta con este tipo de frases ingeniosas, dile amablemente que hagas una excursión siguiendo su consejo. No inventes algo que no existe solo para simplificar lo que no necesita simplificarse; en su lugar, céntrate en asegurarte de que la persona que escucha esté dispuesta a prestar atención y a entender lo que realmente ofreces.
2. El enfoque de «qué, quién y por qué»:
Este es otro error común:
— ¿Qué hacemos? (X)
— ¿Para quién lo hacemos? (Y)
— ¿Por qué lo hacemos? (Z)
Este marco parece bastante tonto cuando lo desglosas:
— A nadie le importa sobre lo que haces, a menos que se trate de una innovación innovadora rodeada únicamente de I+D.
— Por qué lo haces tampoco importa, a menos que se trate de un producto impulsado por una misión o una empresa social donde el propósito lo es todo. En la mayoría de los demás casos, a nadie le importa.
— El quién es lo único que realmente importa, pero su importancia se pierde cuando se encuentra entre dos cuestiones que a nadie le importan.
Así es como debería ser tu propuesta: hay personas en el mundo (A) que tienen un problema (B). Es un problema grande e importante que afecta al tamaño del mercado ©. Has encontrado una solución (D) que funciona como (E). Ganas dinero con el modelo (F). Hasta la fecha, tienes los resultados (G) y los ofreces al oyente (H). Eso es todo.
3. Fiasco de comentarios:
Último punto de hoy. Ayer escribí sobre cómo, después de un experimento de presentación, recibí comentarios de un «experto» sobre el momento y la redacción, no sobre el contenido real de lo que dije en relación con el producto, el mercado, el problema, el éxito, etc. Pero, ¿sabes qué es lo gracioso? Este experto, que estaba tan preocupado que yo (deliberadamente, para el experimento) sobrepasé el tiempo asignado, me dio su opinión sobre el formato de la presentación, no sobre su contenido, que era más largo que la propia presentación. Así que, si te encuentras del otro lado de la cancha, asegúrate de que tus comentarios no sean más largos que la propia presentación, ¿de acuerdo?