Hay 300 millones de usuarios de diapositivas de presentación en el mundo y se estima que hay un millón de presentaciones en este momento. Pero la mayoría de ellas son aburridas o incluso malas. Es extraño y realmente puede dañar tu carrera. Pero hay esperanza, hay un camino mejor.
Aquí tienes un par de consejos que te ayudarán a destacar entre la multitud. Una vez que hayas llegado al meollo de tu charla, es decir, cuál es el mensaje principal (qué es lo que quiero que traten), entonces, y solo entonces, pasa a tu software de diapositivas.
Entonces la clave es... Piensa que la valla publicitaria NO es un documento.
Esto es probablemente lo más importante que puedo transmitir. La gente simplemente intenta hacer demasiadas cosas con sus diapositivas.
Fundamentalmente, las diapositivas son para el público, no para nosotros los ponentes.
Aunque admito que es tentador, no deberían ser nuestra muleta. Una vez que entendemos que son para nuestro público, los diseñamos de una manera más grande y audaz.
Siéntete libre de crear un documento de Word para repartir después de la charla si quieres (aunque, según mi experiencia, nadie lee esos documentos), pero no hagas tus diapositivas de esa manera. Constrúyelos para el aburrido tío de la fila 33.
Nancy Duarte comparó de manera útil las diapositivas con las vallas publicitarias en su libro Slide: ology.
Imagina que pasas por tus toboganes a 80 km/h en una carretera principal. ¿Podrías leerlos mientras conduces? Si no puedes, son demasiado complicados y prolijos. Para nosotros es una prueba sencilla pero eficaz. Diseña tus diapositivas y, si es apropiado, escribe algunas notas para el folleto. Pero, para que quede absolutamente claro, son dos cosas muy distintas. Si vas a crear una presentación con diapositivas, haz exactamente eso: no caigas en la tentación de convertirla en un folleto con una fuente un poco más grande.
Las balas matan. Las balas no solo matan a la gente, también matan las presentaciones. A veces, cuando veo a los ponentes presentar una diapositiva con viñetas, casi puedo sentir que la gente de la sala se desinfla, puede que no gruñan en voz alta, pero están dentro. He oído decir que hay que limitar el número de palabras de una diapositiva a 33.
¡Yo diría que de 3 a 12!
Si hay más que eso, reformule, condense o añada otra diapositiva. Sea duro con el aburrimiento de las balas y con las causas del aburrimiento de las balas.
Sigue estos consejos rápidos de esta semana y observa cómo tus presentaciones mejoran cada vez más. Cuenta historias geniales, sé tú mismo y deja que tus diapositivas sean tu telón de fondo, no tu señal automática.
Disfruta.
TERMINA LA PROPAGANDA.